Trabajos cotizados, no remunerados

Trabajos cotizados, no remunerados

Autora: Lourdes Hernández

Las Naciones Unidas estima que el total de cuidados de niños, no pagados a mujeres, es de US$3.2 trillones en 2012.

En 2014, se registraron 18 billones de horas no pagadas de cuidado de pacientes con Alzheimer por parte de miembros de la familia.

En México, en 2015, el trabajo doméstico y cuidado de niños y ancianos se valoró en 21% entre las actividades productivas, lo cual es más alto que la manufactura, comercio, corretaje, minería, construcción y transporte.

Estos trabajos de alta responsabilidad y que demandan mucho esfuerzo, son una oportunidad para las mujeres.

Las opciones son:

  • Negociar con el esposo o con los familiares, un valor monetario por el trabajo por hora del cuidado de los hijos, sobrinos, nietos o adultos mayores. Si estos últimos cuentan con un fondo de jubilación, deberán pagar por su cuidado.
  • Recibir capacitación de auxiliar de enfermería, primeros auxilios, cuidado de bebés, y ofrecer sus servicios en el mercado.
  • Emprender una guardería o un centro de cuidado del adulto mayor. Otras opciones alrededor de esta área son: transporte a estas personas, entrega de alimentos adecuados, terapia recreativa, cuidado personal.

Con nuevos ingresos, ya sean fijos o variables, se aplican las fortalezas financieras de la mujer, que incluyen:

  • El ahorro monetario o no monetario;
  • La prudencia ante ofertas de inversión no tradicional;
  • La constancia para invertir en los hijos.

Sus finanzas entran en un círculo virtuoso que reduce su nivel de riesgo y su vulnerabilidad.

Con seguimiento y disciplina, prioriza gastos y mejora el manejo de liquidez. Empieza a invertir.

Tener un trabajo remunerado le da disciplina, autonomía económica, mejora sus relaciones y aumenta su autoestima. Todo esto transmite a sus hijos.

Aumenta su poder de negociación frente a otros negocios y trabajos remunerado y no remunerados.

Los cambios positivos en su economía redundan en sus tiempos libres, en los que elige actividades que benefician su salud, por ejemplo, invertir en un gimnasio.

Otros beneficios que llegan en cadena son: mejor salud, alimentación y educación para ella y los miembros del hogar.

Más allá de reclamar por los años de trabajo sin un reconocimiento, es momento de sacar adelante la creatividad y obtener una tarifa justa por los servicios que se prestan.

Fuente: finanzaspopulares.gob.ec

Finanzas con enfoque de género General

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