Autor: Gabriel Villamar
“Fracasar y fallar son parte de la vida. Los únicos que nunca han fracasado son los que nunca han intentado hacer algo fuera de su control. Así que no debes desanimarte por haber tenido un fracaso financiero o más de uno. Tus errores son oportunidades para mejorar.” (Carlos Devis)
Lo más importante es tener una actitud adecuada y no dejarse vencer por las circunstancias. Aquí te dejamos algunos consejos para poder afrontar un fracaso financiero:
No te culpes. Hacerse responsable del fracaso es distinto a culparse. Es más, son pocos los que toman la responsabilidad de un fracaso financiero.
No te desanimes. Sé persistente y determinado, estas son actitudes claves para lograr tus objetivos. Ante un fracaso no puedes tirar la toalla, debes seguir intentándolo
Busca nuevas soluciones. El fracaso te permite encontrar nuevos métodos para llevar algo a cabo. Te permite pensar fuera de lo común y quien sabe hasta proponer algo que no se haya propuesto antes.
No temas pedir ayuda. Pedir ayuda es una gran herramienta que te permitirá aprender muchas cosas que no sabías y muchas veces a llegar más lejos. En el caso financiero, si tienes problemas para llevar al día tus cuentas, no dudes en contratar a un experto en finanzas personales que te permita llevar de una forma más ordenada y eficiente tus finanzas.
Plantea una estrategia. Una vez que hayas definido dónde salieron mal las cosas, decide qué harás diferente la próxima vez. Podrías plantear un enfoque totalmente nuevo. Cualquiera que sea el enfoque que adoptes, asegúrate de que te tomas tu tiempo para bosquejar algunas ideas y formar una estrategia, puedes comunicarla a algunas personas en quienes confíes en busca de retroalimentación.
Empezar de nuevo. Sentirse deprimido por un fracaso es normal y natural. Pero deberías asegurarte de que la inquietud por futuros fracasos no te desaliente. Acepta el temor, aprende de él y sigue adelante con tu próxima aventura empresarial con valor y el conocimiento de que, si no alcanzas el éxito, tendrás la voluntad para hacerlo de nuevo y enfrentar el próximo desafío.