Una de las ventajas de tener una relación es tener una pareja con la que compartes las responsabilidades del hogar. Pero, aunque sea bueno dividir las tareas de la cocina, limpieza y el cuidado de los niños, ¿hasta qué punto se reparten las tareas financieras?
Si son como muchas parejas, probablemente uno de los dos se encarga del dinero. En algunos casos, las parejas comparten un papel equitativo en la toma de decisiones financieras, y en otros gestionan las finanzas del hogar por igual.
Y aunque no es necesario (ni realista) que una pareja se encargue de todo, es importante que ambos participen activamente en la gestión de las finanzas. He aquí tres razones por las que las parejas deberían trabajar juntas en sus finanzas.
- Ayuda a que ambos miembros de la pareja se sientan capaces de manejar el dinero
Cuando uno de los miembros de la pareja está completamente al margen de las finanzas compartidas, esto puede provocar problemas en la relación en general. Una de las principales causas de divorcio o de ruptura son las peleas por dinero. Se trata de no estar en la misma página, de sentir que no tienes un asiento en la mesa o que no eres un socio igualitario. Tener voz y voto te pone en igualdad de condiciones.
Consejo: Si el dinero siempre ha sido un tema tabú con tu pareja o cónyuge, empiecen por sus experiencias personales en torno al dinero cuando crecían. ¿Hablaban de ello libremente con su familia? ¿Era una fuente de vergüenza o de orgullo? ¿Siempre se sintieron seguros económicamente mientras crecían o su familia tuvo problemas de dinero? Lo que te enseñaron (o no) sobre el dinero marcará tu forma de tomar decisiones financieras, así que es bueno que compartas tus experiencias con los demás.
- Ayuda a definir metas comunes
Probablemente, cada uno ha pensado mucho en su visión del futuro, pero ¿coinciden sus visiones? Tanto si quieres comprar una casa en cinco años, hacer crecer tu familia o irte de vacaciones a lo grande en seis meses, tienes que estar alineado en sus metas financieras antes de poder determinar los pasos necesarios para hacerlos realidad. No saber a dónde vas o hacia dónde te diriges dificulta las decisiones financieras del día a día.
Consejo: Si nunca han hablado de sus metas juntos, se recomienda discutir dónde se ven en un año, en cinco años y quizás incluso más allá. Una vez que hayan hablado de sus prioridades, pueden determinar cómo pueden contribuir los dos a mantener sus finanzas sanas en el día a día.
- Obliga a rendir cuentas
Cuando ambos saben cuáles son sus metas comunes, es mucho más fácil que se responsabilicen mutuamente. Existen algunos ejemplos bastante malos en los que uno de los cónyuges ha acumulado decenas de miles de dólares en deudas de tarjetas de crédito, ya sea porque no estaban en la misma página sobre lo que estaban tratando de hacer, o porque era más fácil de ocultar.
Consejo: Lo que no quieres es que uno de los dos se quede con la obligación de tratar de salir de los errores de la otra persona: esa responsabilidad puede causar mucha tensión. Crea desconfianza en la relación. Así que sé abierto y honesto, y establece parámetros conjuntos. Cuando ambos son conscientes de cuánto deben gastar y ahorrar, es más fácil gestionar el presupuesto en equipo. Acordar que el gasto no puede superar un determinado umbral, en lugar de que alguien de instrucciones al otro sobre cómo gastar o le diga lo que tiene que hacer, crea un equilibrio.
Además, piensen en cuáles son los puntos fuertes de cada uno en lo que respecta al dinero. Está bien admitir que tu pareja es más fuerte que tú en ciertas áreas financieras, siempre que estén de acuerdo en cuál debe ser el objetivo final. La transparencia es lo más importante cuando se manejan las finanzas en pareja y, si están pasando por una situación difícil, establezcan un plan de pago emergente.